San Isidro
- elauladelaelipa
- 13 may 2021
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El 15 de mayo celebramos la fiesta del patrón de la ciudad de Madrid, San Isidro Labrador.
La tradición es acudir con trajes de chulapos a la Romería del Santo, en la Pradera de San Isidro. Allí beberemos Agua del Santo en el manantial junto a la Ermita dedicada al Patrón. Para terminar es tradición merendar rosquillas y limonada a ritmo de Chotis.

San Isidro vivió en Madrid a finales del siglo XI con su esposa, Santa María de la Cabeza, y trabajó como criado y jornalero para la noble familia de Iván de Vargas en la casa que acoge actualmente el Museo Municipal de San Isidro.

Los trajes de chulapos son los más famosos de Madrid (aunque el traje típico es el de Majo o Goyesco) ya que han sido inmortalizados por las Zarzuelas y son los que se suelen lucir en las fiestas patronales de San Isidro y La Paloma.

Para las mujeres el traje consiste en vestido largo hasta los tobillos o falda y camisa. De forma ceñida en cintura y caderas, se amplía a la altura de las rodillas, normalmente con un
volante de la misma tela. La camisa o parte superior también es ceñida y escotada e incluye mangas de farol. Se complementa con un pañuelo blanco adornado con un clavel a la cabeza y mantón de manila.

Para los hombres son típicos los pantalones oscuros y largos con camisa blanca y chaleco
de cuadros grises y blancos, clavel en el ojal. Los mismos cuadros los encontramos en la chaqueta y la gorra. Completa el conjunto el pañuelo blanco atado al cuello.

Los dulces típicos de estos días son las rosquillas tontas, listas y de Santa Clara, según sea su
recubrimiento.

El chotis es la música que acompaña estos días de fiesta.
Bailando un chotis
Madrid, Madrid, Madrid de Agustín de Lara
Los organillos y los barquilleros son dos elementos muy típicos de estas fiestas que habían perdido presencia en los últimos años pero comienzan a recuperarla. Los primeros son unos instrumentos portátiles con forma de piano que reproducen su melodía según se va girando la manivela que lo hace funcionar.

Los barquilleros recorrían las calles de Madrid vendiendo barquillos de canela pero también la posibilidad de jugar a la ruleta de la parte superior de las barquilleras de hojalata que llevaban.
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